La era de la incredibilidad…
La era de la incredibilidad…
(o creo lo
que me conviene)
En Chile
han ocurrido en el último tiempo, robos, estafas, incendios de gran magnitud, nombramientos
cuestionados y una larga lista de etcéteras. Irrumpen y se bajan personalidades
políticas, pero ninguno es libre de su pasado, todos absolutamente todos tienen
las manos sucias. Bajo este escenario aparecen noticias en las redes sociales
que no tienen ningún sustento o verificación que apunta en contra de la derecha
o de la izquierda o en contra del gobierno. No importa las barbaridades que se escriban,
mientras parezca coherente y real, se difunden como reguero de pólvora, se
toman como verdad y se genera una mayor incertidumbre y animosidad. Nadie
resulta culpable de difamación.
Dentro de
este marco de desinformación generalizada, hay verdades innegables. Como la inoperancia
y lentitud de algunos personeros de gobierno a actuar. El aprovechamiento de
cargos públicos para beneficio propio o de algunas empresas en particular. La desidia
en cuidar los fondos públicos. El nulo castigo o pena por cohecho al ocupar algún
cargo público. Ejemplos hay de sobra… subsecretario de pesca, senadores, diputados, ministros involucrados en creación de
leyes que benefician a ciertas empresas y recientemente la Conaf.
La gran mayoría
de los chilenos queremos trabajar tranquilos y que al menos no nos perjudiquen,
muchos aburridos de los abusos de uno u
otro bando político, decepcionados de la forma de democracia que tenemos, divididos
y separados, que solo beneficia a los que viven y comen de la política.
Cansados que las grandes empresas solo traten de robarnos para hacer crecer en
forma desmesuradas sus negocios y sus bolsillos.
Todas estas situaciones hacen que la sensación
de malestar sea generalizado, con quien converse piensa de manera similar. Lo
que me lleva pensar, si la forma como
ejercemos la democracia es la forma correcta. Es claro que es lo que conocemos,
pero también es claro que está absolutamente vulnerada y violada por el dinero.
Vemos, para
que son los diputados y senadores? Ellos deben legislar.. o más bien aprobar o
rechazar los proyectos de ley en representación
de lo que se conoce como “pueblo” que son los representados.
Los votantes
(Representados) votan eligiendo a los representantes, diputados y senadores,
que son propuestos por grupo de personas reunidos en un “partido político”
nombrados por este o por la coalición a la cual representa, o sea, jamás van a
representar al “pueblo” sino que a los que los nombran y peor aún, a quien los
financia. Pues las campañas acostumbran a tener un elevado costo, más de lo que
retribuye el sueldo como diputado o
senador, o sea , no cuadra.
Desde hace
un tiempo que pienso que se debería cambiar nuestro sistema democrático, y que los aprobadores o rechazadores de una ley o sea diputado,
debiera ser un ciudadano elegido a la azar en representación del pueblo. Ciudadano
que debe cumplir una serie de requisitos para ser representante como no tener delitos, un cierto nivel de
estudio incluso haber cursado algunos cursos para sr votante, sea como sea, lo
cierto es que la actual forma de representación esta corrupta, podrida, violada
y vulnerada. Todos sabemos que nuestra
democracia y justicia baila al ritmo de los billetes y eso no es sano. Peor aún,
la gran mayoría de los chilenos ni siquiera votamos o expresamos nuestro malestar,
reúne más manifestantes para castigar a un torturador de un perro que para
expresar una molestia por algún derecho. Piensen